Siguiendo con la temática de la extracción seminal y su manipulación, ahora nuestro Dep. de Biotecnología Veterinaria tratará más profundamente la contaminación bacteriana, gran amenaza y problema al que se enfrenta todo CIA. Lo desarrollaremos en dos entradas de blog, dada la amplitud de los temas a tratar. Y aquí va la primera parte.
En el verraco, el semen se extrae y procesa para su uso posterior en la inseminación artificial, y debido a la extracción y procesamiento seminal es muy común la contaminación bacteriana del mismo. Esta contaminación puede ocurrir por diversas fuentes. Aunque el origen primario de la contaminación bacteriana del semen es el macho, normalmente el eyaculado se contamina en el mismo momento de la extracción debido a la proximidad de fluidos prepuciales, pelo, piel,….. El operario que realiza la extracción y el equipo utilizado durante la misma juegan un papel importante en este proceso. Además, la manipulación del eyaculado, el uso de material no esterilizado correctamente y su dilución pueden exponer la muestra a la contaminación bacteriana (De Grau et al., 2006).
Por ello, un punto clave es el cumplimiento por parte de todo el personal de unas estrictas medidas higiénicas durante la extracción y manipulación posterior de eyaculado. Si las medidas preventivas no controlan adecuadamente estos riesgos, pueden producirse disminuciones en la calidad del semen, la longevidad de la dosis y la fertilidad.
Así, deben seguirse protocolos de limpieza general en las áreas de laboratorio, corrales y zonas de extracción, ya que el cumplimiento de las medidas higiénicas contribuye significativamente a una reducción general en el tipo y la cantidad de contaminación bacteriana de nuestros centros.
El tracto reproductivo femenino ha desarrollado sus propios mecanismos de defensa para hacer frente a las posibles bacterias presentes en el semen (Dalin et al., 2004, Morrell y Wallgren 2011). Sin embargo, cuando ese semen se usa en IA, puede que la bacteria crezca y se multiplique en la dosis seminal si los antibióticos presentes en el diluyente no controlan correctamente este crecimiento. La inseminación con dosis contaminadas podría contribuir a un aumento de descargas vulvares o a un incremento del retorno regular al estro, o incluso en los casos más extremos, muerte embrionaria o fetal, endometritis sistémica o infecciones en cerdas jóvenes inseminadas (Dalin et al. 2004, Maes et al. 2008, Morrell y Wallgren 2011, Goldberg et al. 2013). Por otra parte, altos niveles de contaminación bacteriana tienen efectos desfavorables en las células espermáticas (Kuster y Althouse 2016).
Para evitar estos problemas, es muy importante el entrenamiento y la concienciación del personal sobre los problemas que puede ocasionar un incremento de contaminación , así como tener un procedimiento claro y preciso de aplicación de estrictas medidas higiénicas durante todo el proceso desde la extracción hasta el transporte de las dosis seminales a granja.
Una vez en granja, también es muy importante tener procedimientos descritos para la recogida y almacenamiento, así como equipamiento adecuado para mantener las dosis seminales recibidas en condiciones óptimas hasta el momento de la inseminación.
Tras las vacaciones seguiremos tratando este asunto. Ante cualquier duda, no dudéis en poneros en contacto con nuestro departamento de Biotecnología e I+D+i Veterinaria en Magapor.