Desde que la inseminación artificial se instauró en el ganado porcino, tanto con la técnica tradicional como con la técnica intrauterina hemos oído hablar del reflujo. El reflujo no es más que una determinada cantidad de la dosis seminal que sale a través de la vulva o del catéter, durante o después de la inseminación.

Tal y como hemos avanzado, podemos observar reflujo en distintos momentos y hablar de 2 tipos de reflujo. Aquel que se produce durante el proceso de la inseminación o justo al finalizar, y que puede ser debido a una práctica incorrecta de la inseminación o por la propia anatomía o comportamiento de la cerda, y el que se produce pasados unos 10-15 minutos hasta 2 horas post inseminación, y que se trata de algo fisiológico.

Independientemente de la técnica utilizada, un reflujo del 10-15% del volumen de la dosis seminal, durante el proceso de inseminación, va a afectar de manera negativa a los parámetros reproductivos.

A continuación, comentaremos las causas más frecuentes del reflujo que se puede ver en cada una de las técnicas de inseminación, y finalmente comentaremos los aspectos más relevantes del reflujo fisiológico.

Inseminación tradicional:

Cuando hablamos de la técnica de inseminación tradicional o intracervical, sí que podemos llegar a observar cierto reflujo durante la inseminación, esto es debido a que estamos depositando una dosis de un volumen mayor en la parte más caudal del cérvix, en el denominado cérvix vaginal, de ahí mediante contracciones uterinas, el semen se va introduciendo en el útero, por lo que puede producirse cierta salida de dosis seminal al exterior durante el proceso de inseminación, pero nunca debe ser mayor al 10-15% del volumen de la dosis. En esta técnica debemos dejar que la cerda absorba el contenido de la dosis por sí misma, sin ejercer ninguna presión ni ninguna acción que favorezca una mayor velocidad.

Como factores que favorecen el reflujo durante la inseminación son:

  • Presión ejercida en el envase: Como hemos comentado, no debe existir presión por parte del operario. Esto es algo que comúnmente se ve en las granjas y que se debe evitar. Muchas veces, debido a que se quiere ir más rápido, cubriciones en fin de semana o festivos …
  • Catéter mal colocado: Un “anclaje” o colocación incorrectos en el cérvix, radicará en un mayor reflujo durante la inseminación.
  • Cerdas en movimiento: Si presentan nerviosismo o están agitadas por diversas razones, se facilitará el desplazamiento del catéter, facilitándose así el reflujo.
  • “Ayudas para aumentar la velocidad de absorción de la dosis”: Es frecuente encontrarse con operarios que pinchan con una aguja el envase de la dosis, para aumentar la velocidad de absorción, lo cual favorecerá la aparición del reflujo.

Ante cualquiera de las situaciones anteriores, debemos retirar la dosis seminal del catéter, recolocar el catéter y volver a comenzar la inseminación una vez que el reflujo ha finalizado. En el caso de que veamos que el reflujo ha sido un volumen considerable se debería repetir la inseminación.

Finalmente, para evitar la expulsión de la última porción de la dosis seminal, se recomienda que una vez terminada la inseminación, dejar el catéter durante unos 5 minutos para evitar el reflujo de la última parte de la dosis seminal absorbida.

En una próxima entrega trataremos el reflujo con la técnica de inseminación post-cervical.