El transporte de las dosis seminales es una fase crítica que, a menudo, no recibe la atención necesaria. Aunque el semen se conserve correctamente en el centro de inseminación, su calidad puede deteriorarse si no se mantienen unas condiciones adecuadas durante su distribución hasta la granja.

¿Por qué el transporte es un punto crítico?

Los espermatozoides porcinos son altamente sensibles a los cambios térmicos. El rango ideal para conservar su viabilidad se sitúa entre 15 y 17°C. Durante el trayecto, las dosis pueden enfrentarse a cambios bruscos de temperatura, exposición al sol, vibraciones intensas o manipulaciones inadecuadas. Todo ello aumenta el riesgo de pérdida de calidad seminal.

Además, el volumen transportado también influye: Si se transporta un elevado volumen en caliente, las cámaras de transporte no son capaces de enfriarlas durante el transporte. Esto provoca daños en las dosis seminales. Por eso es fundamental que las dosis hayan alcanzado previamente su temperatura de estabilización antes de salir del centro.

Recomendaciones para un transporte eficaz

Para que las dosis seminales lleguen en condiciones óptimas, se deben seguir una serie de recomendaciones:

  • Asegurarse de que las dosis han alcanzado previamente la temperatura de conservación.
  • Utilizar vehículos o cámaras con capacidad adecuada según el volumen transportado.
  • Registrar la temperatura de forma continua mediante dispositivos como el T-Sem, que permiten detectar cualquier fallo en la cadena de frío.
  • Minimizar el tiempo de apertura del compartimento donde se almacenan las dosis.
  • Evitar paradas prolongadas o exposición del vehículo al sol.

En los casos en los que no sea posible controlar activamente la temperatura, como ocurre con el envío por mensajería, deben extremarse las precauciones:

  • Usar cajas aislantes de polietileno de doble pared o mínimo 4–5 cm de grosor.
  • Incorporar gel-packs a 15–17 °C, separados físicamente de las dosis.
  • Añadir papel metalizado, viruta de poliestireno o cajas exteriores para reforzar el aislamiento.
  • Incluir T-Sem para registrar la temperatura del envío.
  • Reducir al máximo el tiempo entre el envío y la colocación en la cámara de conservación.

Recepción en granja: un paso esencial

El último eslabón de la cadena es la recepción de las dosis en la granja, donde es vital actuar con rapidez para evitar roturas en la cadena de frío. Idealmente, la entrega debería realizarse en un espacio externo habilitado (caseta o armario térmico) que permita dejar las dosis sin necesidad de acceder a la granja, protegiendo también la bioseguridad. En cualquier caso, lo importante es que las dosis se transfieran a la cámara de conservación en menos de 15 minutos.

El transporte de dosis seminales porcinas es una fase determinante en la preservación de la calidad seminal. Desde el momento en que las dosis salen del centro de inseminación hasta que son utilizadas en la granja, es vital controlar las condiciones del transporte para asegurar la calidad de las dosis: evitar fluctuaciones térmicas, reducir vibraciones, garantizar una entrega rápida y conservar la trazabilidad del proceso; permitirán que el semen llegue en condiciones óptimas, manteniendo la fertilidad y la eficiencia productiva.