La semana pasada publicamos una serie de consejos para la inseminación tradicional, en este artículo podéis encontrar la segunda parte.
Se pueden utilizar dos formas de inseminación con la técnica de inseminación tradicional:
- Convencional: El operario sujeta la dosis y el catéter hasta que la cerda ha acabado de absorberla; requiere más tiempo, pero ofrece un mayor control. Cada operario puede estar como máximo con dos cerdas.
- Auto inseminación: En la que se utilizan los llamados «arcos» o soportes de inseminación”, que permiten mantener la dosis sin que el operario este sujetándolos, además de proporcionar estimulación a la cerda. Con este sistema se pueden hacer varias cerdas a la vez. Cada operario puede encargarse de la inseminación simultánea de unas 5-10 cerdas.
Si se utiliza la técnica de “auto inseminación”, debe ir acompañada de una vigilancia constante. A pesar de que aporta una gran ventaja en lo que a tiempo de inseminación se refiere, la falta de atención puede penalizar los resultados reproductivos (observar reflujo, evitar que la cerda se tumbe o la cánula/dosis salga fuera de su sitio, etc.). Por este motivo, para que la inseminación llegue a buen puerto, es conveniente inseminar a mano a cerdas problemáticas o que estén muy nerviosas.
Una vez la cerda haya absorbido toda la dosis, se puede dejar el catéter un par de minutos con el tapón del adaptador puesto para que haga de barrera física (se evita la expulsión del líquido del tracto genital), y siga estimulando las contracciones uterinas ascendentes.
Al acabar el proceso quitar los catéteres con cuidado. En ocasiones (sobre todo cerdas nulíparas) puede ocurrir que el catéter quede fuertemente encajado en el cérvix de la cerda y no se pueda sacar con facilidad. Es importante mantener la calma, porque si se da un tirón, se puede dañar al animal. Para retirarlo tiraremos del catéter con una fuerza constante y girándolo en sentido de las agujas del reloj (en caso de catéter “Espiral”). Si aun así no sale, intentarlo un poco más tarde.
Terminado el proceso se puede dejar al verraco unos minutos, antes de devolverlo a su habitáculo para conseguir un mayor estimulo en las cerdas.
Para terminar y como última recomendación se aconseja estandarizar los procedimientos y actuaciones que se van a realizar en la granja, con el fin de no complicar el trabajo, y que todos los operarios inseminen siguiendo las mismas pautas.
La inseminación es una tarea que debe hacerse en equipo. Si se hace larga y fatigosa, puede ocurrir que el personal se canse, tenga menos paciencia y pasen por alto puntos o detalles importantes que pueden mermar los resultados reproductivos (reflujos, animales que se sientan, catéteres que se salen).
Además, este personal debe haber recibido un entrenamiento adecuado porque gran parte del futuro reproductivo de la granja está en sus manos. Es importante tener a más de una persona capacitada para realizar este tipo de tareas para no disminuir los rendimientos en períodos vacacionales o ante bajas, turnos, etc…..